Cómo cuidar a tu perro de la gripe

En esta época del año en la que el invierno golpea duro al hemisferio norte con sus bajísimas temperaturas, es normal que te preocupes por la salud de tu perrete y que tomes algunas precauciones .  

Seguramente, una de las primeras preguntas que te habrás hecho es si aplicar o no la vacuna antigripal a tu amigo perruno. Si bien es una decisión personal, muchos veterinarios recomiendan no colocarla, salvo que tu perro se encuentre en situación de riesgo.

Al igual que en los humanos, la vacuna no previene el contagio del virus de la gripe llamada también influenza canina (CIV, por sus siglas en inglés). En realidad, suaviza los síntomas una vez que el perro se ha contagiado. Por otro lado, puede disminuir el buen funcionamiento del sistema inmunológico del perro, alterando así su defensa natural contra este virus.

Situaciones de riesgo

  • Los perros que viven en perreras, refugios, hacinados o guarderías en mal estado de conservación son más propensos a contraer la influenza canina.
  • El CIV se transmite cuando un perro infectado tiene contacto cercano con algún perror, ya sea en competiciones, veterinarias, tiendas para mascotas, etc.
  • La taza de contagio es del 100%, pero la mayoría de los perros infectados presentará síntomas y luego se curarán.

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Síntomas y tratamiento

Duran de una a dos semanas y se manifiestan al tercer día desde el contagio. Entre la sintomatología más común podemos mencionar la siguiente: congestión nasal, tos o ataques de tos y laringitis.

Se diagnostica mediante un examen físico de parte del veterinario. En algunos casos, y según sea necesario, te pueden pedir estudios para descartar enfermedades como adenovirus, moquillo, coronavirus respiratorio, entre otros.

Con respecto al tratamiento, algunos veterinarios deciden administrar antibióticos y antitusivos. Sin embargo, no suelen ser del todo efectivos y pueden ocasionar efectos secundarios. Dentro de las alternativas holísticas y más naturales, puedes optar por alguna de estas prácticas:

  • Utiliza aceite de eucaliptus para aromatizar la casa mientras tu perrete esté enfermo. En lo posible usa vaporizadores u hornitos aromáticos.
  • Evita que tu perro ladre y esté en contacto con humo.
  • Haz especial hincapié en su hidratación… ¡mucha mucha agua!
  • Ofrécele un ambiente propicio para un buen y largo descanso para recobrar energías.
  • Muchos mimos y caricias y cuando menos te des cuenta, tu perrete volverá a ser el mismo.

Cuatro formas de reducir el riesgo de contagio

  • Asegúrate de brindar a tu perro una alimentación sana, equilibrada especial para él.
  • Evita, en lo posible administrarle tantos productos químicos para evitar los parásitos y otras plagas.
  • Bríndale un ambiente limpio, libre de humo y sustancias tóxicas.
  • En caso de viajar, opta por una guardería canina que tenga un espacio limpio y atención personalizada.



¡Recuerda cuidar a tu perrete de manera responsable para poder pasar un invierno juntos y bien sanitos los dos!

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