¿Tienes un perro que le tiene miedo a todo? ¿Escucha un sonido y se sobresalta? ¿Es desconfiado de todo y de todos? Si notas que tu perro se asusta es porque probablemente haya tenido malas experiencias con personas, perros u otras situaciones que le han generado un estrés motivado por el miedo. Incluso, esta problemática hasta podría venirle por parte de su madre.
Con el miedo o fobia según su intensidad a algunos ruidos: mira el dossier especial contra Miedos y Fobias a los Ruidos Fuertes existen razas con más predisposición a sufrirlo como el Pastor Alemán y el Border Collie. En general, e independientemente de la raza y del sexo, algunos estudios muestran que los individuos castrados sobre todo a temprana edad son más susceptibles a los ruidos.
El cachorro es especialmente sensible a cualquier circunstancia que le puede producir miedo, ya sean ruidos (recuerda que los perros tienen una capacidad auditiva altamente superior a los humanos), movimientos bruscos y lenguaje corporal humano invasivo, encuentros con perros agresivos o juegos violentos para su edad o tamaño, etc. Sin embargo, a medida que crece y deja de ser cachorro para convertirse en un perro adulto, se supone que los miedos deberían ir cediendo, es decir cuando ya esté familiarizado con su entorno. Si este no es el caso, sería importante buscar la ayuda de un etólogo.
Entre las semanas de vida 7 y 14, los cachorros caninos transitan lo que se conoce como el período crítico de socialización. En esta etapa el cerebro del cachorrito construye asociaciones y se desarrolla con gran rapidez. Es en este momento en que los perros pueden desarrollar miedos o fobias porque algo los asustó mucho y ese evento los condiciona para sentir miedo por algo en especial o ser un perro miedoso en general. Si bien el miedo es una emoción natural que surge a modo de protección de situaciones de riesgo, el problema viene cuando se convierte en una reacción excesiva y en una conducta habitual ante eventos que son inofensivos dejando de ser una respuesta natural de supervivencia. Por esto es de vital importancia cuidar el proceso de socialización desde una edad muy temprana, como ya hemos tratado en un post anterior.
Existen manifestaciones físicas en el perro que nos dan señales de que algo le está sucediendo: retrae o esconde la cola entre las piernas, los músculos se tensionan, adquiere una postura agazapada, baja la cabeza, puede temblar y sentir ansiedad junto con otras reacciones fisiológicas. La respuesta general al miedo podría ser a través de la agresividad cuando no tiene la posibilidad de huir de la situación del miedo. Por precaución nunca deben dejar suelto un perro joven en un entorno que no está controlado, pues si fuera a escaparse existe el peligro de no encontrarle y/o que se convierta en víctima y provoque accidentes de tráfico, según donde se encuentre. Otra reacción si se encuentra solo en casa podría ser la destrucción de objetos.
Se pueden hacer algunos ejercicios que lo ayuden a reconstruir su confianza en sí mismo a través de un reentrenamiento de su mente que remueva el miedo asociado a determinada situación u objeto. Con el método en positivo se suelen aplicar dos tipos de ejercicios: la desensibilización y el contra condicionamiento. Son técnicas en las que se debe respetar el umbral de miedo del perro, porque si no, en vez de ayudarle, retrocederemos. Igualmente hay que utilizar en su justo momento estos reforzamientos para no reafirmar la conducta que queremos modificar. Además, estas prácticas se deben realizar con mucha constancia porque habrá perros o casos que necesiten más tiempo que otros. Por lo tanto, son ejercicios que deben ser trabajados por una profesional para obtener un resultado satisfactorio.
A la hora de pasear y por su actitud y sobre todo por la forma de llevar la correa, el amo influye mucho en la conducta de su perro. Cuando se tratan miedos a ruidos, en un principio conviene no darle importancia y actuar con normalidad, si el miedo o fobia está instaurado, el perro deberá tener libre acceso para que se refugie en su zona de “seguridad”.
Por otra parte, en DogCareBcn complementamos la modificación de conductas con adiestramiento, Flores de Bach y Tapping cuando el caso lo requiere. Ambas terapias alternativas nos han dado excelentes resultados en el tratamiento de miedos, fobias, estrés y ansiedad.
Te invitamos a que nos contactes por cualquier consulta que quieras realizar. Juntos podemos sentar las bases de un tratamiento integral contra las conductas de miedo de tu amigo.
Recuerda también que no es recomendable demorar el tratamiento del miedo excesivo en un perro ya que afecta el bienestar de tu perrete y al de toda su familia. Ya sea por los ladridos o por no poder permanecer tranquilos en una terraza juntos, esta incomodidad hace que al final se vayan reduciendo las salidas de paseos con la frecuencia necesaria, lo que conllevará otros problemas para tu compañero canino.
Piensa que la problemática no se va a arreglar por si sola sino más bien empeorar con el tiempo.